ENTREVISTA A SANTIAGO
Entrevista realizada por JAVIER FERNÁNDEZ JIMÉNEZ,
presentador del programa de radio MENUDO CASTILLO.
Esta entrevista se publicó parcialmente en la revista DIÁBOLO, en febrero de 2015
Los escritores son mucho más que conocedores de secretos y desveladores de sueños, cada día se hace más palpable que la mayoría de los escritores de hoy son, además, fomentadores de la cultura en cualquiera de sus ámbitos, defensores de la palabra o incluso los últimos eslabones de una cadena que está cerca de romperse si no le ponemos algún remedio. Vamos a saber algo más de lo que hacen los escritores que más nos gustan, vamos a saber cómo se desenvuelven y sobreviven en este incierto mundo que es la literatura.
Hoy charlamos con Santiago García-Clairac, un antiguo publicista que un buen día, hace casi veinte años, decidió dejar el mundo de la publicidad para convertirse en escritor y en defensor a ultranza de la imaginación y la creatividad a través de los más pequeños de la casa.
-¿Cómo sobrevive un escritor hoy?, ¿es posible vivir de la literatura?
Claro que es posible, muchos autores ya lo hacen. Hay muchas formas de ganarse la vida en el mundo de la literatura: librofórums, conferencias, asesoramientos, cursos, talleres.... Lo que pasa es que hay que trabajar mucho, los libros no se escriben solos y tampoco se venden solos. Ahora, además, los autores forman parte de la promoción, lo que en muchos casos ayuda, pero requiere mucho tiempo. Lo cierto es que el mercado es bueno y, a pesar de la crisis, hay autores que venden mucho y bien.
Así que los escritores de hoy pueden vivir dignamente de la literatura.
-Supongo que como publicista ganabas bastante dinero y eras plenamente feliz a nivel creativo, ¿por qué entonces dejar la publicidad y pasarte a los libros?
Dejé la publicidad para ser más feliz. En realidad, tenía la asignatura pendiente de escribir libros desde hacía años pero, debido precisamente a lo bien que me encontraba haciendo anuncios, lo fui retrasando hasta que llegó la oportunidad y la aproveché. En realidad, fue una decisión tomada después de llegar a la conclusión de que ya había hecho mis mejores anuncios y de que era hora de lanzarme a la escritura.
La diferencia básica entre escribir anuncios y escribir libros es que, en el primer caso, la obra siempre es compartida ya que se trabaja en equipo y la autoría no queda muy clara, mientras que en la literatura, no hay duda de quién es el autor. Y eso me gusta más. Ser dueño de tu propia obra es una gran cosa, aunque te dé menos dinero.
-Te estás convirtiendo en un instigador cultural, en un punto de nexo entre diversas disciplinas y personas, ¿por qué este trabajo activo por la reunión de artes e ideas?
Nunca me habían llamado “instigador cultural”, pero creo que me gusta, aunque pueda sonar extraño. Instigador… Veamos, esta es una parte de mis actividades que me gusta mucho y que me reporta grandes experiencias, que no dinero. Es una forma de vivir la literatura más en profundidad.
Quizá convenga aclarar que lo hago por actitud personal y que apenas reporta beneficios económicos. Incluso estoy convencido de que no me hace vender más libros, pero me da más vida y me hace conocer cosas que de otro modo no estarían a mi alcance. En el fondo, si no luchas por las cosas culturales, ¿por qué lo vas a hacer? ¿En qué otra cosa puedes gastar tu tiempo libre?
Me mola ser “instigador cultural”.
-¿En qué punto está la literatura infantil y juvenil en España?, ¿hay suficientes eventos, reuniones, encuentros… o debería haber mucho más en este aspecto?, ¿los escritores deberían estar más cerca de sus lectores?
Hay muchos eventos, festivales, premios, firmas de autor, presentaciones, encuentros y comidas literarias en España. Pero creo que debe haber más. Es bueno para el sector, para los escritores y, sobre todo, para los lectores.
Lo que falta es más cercanía y más conocimiento del mundo de la literatura, y eso se consigue haciendo eventos, por eso los organizo.
Ojalá la literatura tuviera el auge que tiene el sector de la restauración. No hay cadena de televisión que no tenga un programa de cocina. Y, lo más curioso, es que hay un solo programa de televisión sobre literatura, que dura media hora y que dedica un solo minuto de su tiempo a la literatura infantil y juvenil. Menos mal que hay algunos programas de radio que le prestan más atención. Así que la respuesta es que sí, hacen falta más eventos literarios. Creo que los lectores y los escritores están ávidos de eventos, quieren conocerse unos a otros.
-Escritor, ilustrador, instigador cultural… ¿El futuro de la cultura está en la diversificación?
El futuro profesional, personal y social está en la diversificación. Ya se ha terminado la actividad unitaria, ahora, todo el mundo hace de todo. La pluriactividad enriquece al que la practica. Es una forma de intercambio: das mucho y recibes mucho.
Para mí, escribir y dibujar es la misma cosa: comunicación. La instigación cultural forma parte de la comunicación, de la privada y de la colectiva. Por lo tanto, la diversificación está muy instalada en nuestra actividad cotidiana.
En realidad, todo se engloba en actividades creativas, que son las que nos dan una enorme satisfacción. Así que, de verdad, no tiene mucho mérito.
La diversificación corresponde a los tiempos que corren.
-Vas mucho a colegios e instituciones a charlar sobre tus historias o sobre literatura en general, ¿hay que estar cerca de los niños para poder llegar hasta ellos con tus historias?
Es conveniente estar cerca de los niños y escucharles. Yo creo que no se puede escribir para alguien cuyos gustos y deseos desconoces.
Ahora bien, es conveniente decir que no por estar más tiempo con niños vas a vender más. Estar con niños te ayuda a escribir mejor para ellos y a comprenderlos. Todo se hace para mejorar la calidad de la obra, la venta es una recompensa que llega o no, pero no es lo más importante.
En cualquier caso, todo lo que podamos hacer para promover la lectura entre niños y jóvenes, siempre será poco. De ahí la necesidad de estar cerca de ellos. De explicarles con detalle cómo escribimos y cómo pueden leer. De ayudarles y de acompañarles en esa etapa de la vida tan difícil y, a veces, tan solitaria.
-¿Qué tipos de lectores crees que se deberían acercar a tus títulos infantiles y juveniles?
A mí me gustaría que fuesen niños inquietos, deseosos de saber cosas sobre sí mismos y del mundo que les rodea.
Los lectores actuales, de hecho, suelen serlo, y eso me gusta mucho. Así que mis lectores favoritos son los que lo cuestionan todo.
Por otro lado, los adultos también me gustan como lectores de mis obras que, en principio, tienen una lectura infantil pero con un contenido muy serio y comprometido con las relaciones humanas. Incluso mis libros de fantasía se basan precisamente en la relación de personajes.
Me encantan los lectores que afrontan la lectura con decisión.
-¿Les recomiendas a los lectores adultos acercarse a la literatura infantil y juvenil?
Se lo recomiendo pero no les insisto mucho.
Los adultos, en la mayoría de los casos, tienen una cierta prevención con los libros infantiles ya que los consideran literatura menor, sin darse cuenta de que los libros que más recuerdan, y que más les han influido, son los que leyeron en su infancia, lo que da una idea de la importancia que tienen.
Es muy curioso que, en estos tiempos, no dejen de hacerse versiones renovadas de cuentos infantiles y que, precisamente, las películas que más éxito tienen, están basadas en literatura infantil, en cómics, en cuentos, en la lectura de la infancia. Sin duda, los adultos harían bien en leer literatura infantil actual, se sorprenderían de los temas que se tratan en ellos y de la forma en que se hace. Y de la calidad literaria de este género. Hay grandes autores y autoras infantiles y juveniles con ideas muy avanzadas.
-¿Dónde vamos a poder leerte pronto?
Si todo va bien, lo próximo será el libro de Dragontime 2, que publicaré en la Editorial bruño.
Dragontime es una colección en la que acabo de publicar el número 1 y que nace con deseo de seguir durante años. Digamos que me gustaría crecer con mis lectores.
La historia se basa en los viajes en el tiempo, pero tiene la característica de que el tiempo tiene mucho que ver con el protagonista que, de alguna manera, tiene mucho que ver con los deseos de los lectores: vivir otras vidas. Y vivirlas intensamente.
En realidad, Dragontime es un alegato contra el aburrimiento cotidiano. Contra la rutina. Contra el síndrome del cerebro vacío e inactivo.