¿POR QUÉ ME GUSTA B1TERMAN?

 

¿POR QUÉ ME GUSTA B1TERMAN?

POR: DANIEL ORTIZ AMÉZAGA

Cuando iba al colegio me acuerdo de que mis padres, los profesores, mis abuelos, los adultos… todo el mundo me decía lo que estaba bien y lo que estaba mal, lo que podía hacer y lo que no. Y hoy día mi madre me recuerda con cariño que yo siempre tenía en la punta de la lengua, a punto de ser disparadas, dos expresiones que repetía sin cesar.

Esas expresiones eran: “¿Por qué?” y “Eso no es justo”.

No recuerdo que yo fuese tan pesado y protestón como mi madre quiere darme a entender, pero sí recuerdo la frustración que sentía en mi interior cuando creía tener razón pero ni siquiera se me daba la oportunidad de explicarme o de razonar mis argumentos.

¿Por qué cuento esto?

Pues porque cuando leía B1terman me he acordado mucho de mi infancia y de aquellos momentos en los que yo quería ser adulto pero el mundo no me dejaba, cuando cuestionaba la autoridad porque todavía era ingenuo y los problemas eran siempre nuevos en lugar de una rutina repetida día a día, cuando leer era una ventana hacia lo que debería ser la realidad.

Y B1terman me ha sorprendido mucho en ese aspecto.

Al igual que en la vida real, Binary World es un mundo de síes y noes, de bueno y malo, de correcto y erróneo, de ceros y unos. Sin embargo, toda la novela es un camino de posibilidades ilimitadas. En un mundo donde todo está decidido y estipulado un personaje decide poco a poco buscar el camino intermedio, pensar por sí mismo, romper las reglas e inventarse un nuevo destino diferente al que los demás tienen pensado para él.

Y esa forma de pensar y de sentir se transmite en el lector. A través de Erik Bíterman te sientes animado e inspirado a seguir sus pasos, a pensar por ti mismo, a no repetir lo que hacen otros simplemente porque te lo dicen sino porque crees que es lo correcto, como una decisión tuya. Ya no estás luchando por el bien o por el mal, estás luchando por ti, por tu futuro y por tu destino.

En una época en la que todo el mundo se empeña en decirte lo que está bien o mal, B1terman no te dice ni una cosa ni otra, sino que te anima a hacerte preguntas.

Y eso es lo que más me ha gustado de la novela.

Pero por otra parte, Binary World es un mundo que en la imaginación se hace enorme. Sí, es cierto que la estética de ciencia ficción futurista te permite imaginarte los magnecópteros, los electroballs… pero no es a eso a lo que me refiero.

Precisamente porque B1terman es una obra que te hace plantearte cosas y hacerte preguntas, la novela no termina en la última página. Tu imaginación continúa funcionando después de cerrar el libro.

¿Qué pasa con Binary World? ¿Qué pasa con los Ceros? Son preguntas argumentales que se te pasan por la cabeza, pero más allá de todos los hilos argumentales te preguntas: ¿qué haría yo?, ¿cómo lucharía para conseguir la libertad que nos han quitado?; ¿somos realmente todos los hombres iguales?, ¿tenemos todos los mismos derechos?, ¿de verdad es Binary World una fantasía o un espejo de los problemas que veo todos los días?, ¿sería tan valiente de enfrentarme al peligro por luchar por unos ideales?, ¿estamos utilizando bien internet?, ¿sería posible que pasase algo parecido en nuestra época?...

Preguntas, preguntas y más preguntas.

Binary World se extiende más allá de las meras páginas. Se escapa más allá del mero papel y se expande en tu mente siempre que tengas una pregunta en tu mente. La historia ha quedado ahí, pero parte de Binary World se ha quedado conmigo.

Y eso es lo que ha hecho que B1terman me encantase.